Discursos superficiales no muestran la realidad del IFCE

Los inmensos retos decorrientes de la pandemia de covid-19 han hecho que diversos actores de la sociedad busquen caminos para suavizar sus efectos, que deberán durar por varios años en el debate público. En este momento, a veces todavía es posible observar discursos superficiales, simples y que no retratan la realidad de una institución que se ha destacado nacionalmente y posicionado como verdadero agente de transformación e inclusión en este difícil momento vivido, por el cual todos estamos pasando.

A lo largo de la pandemia, el IFCE produjo y dono equipos de protección individual para hospitales, dio beneficios a miles de estudiantes con ayuda emergencial, con chips de acceso al Internet y con estrategias de atención social y psicologica, creo plataformas que auxiliaron al Gobierno del Estado en el monitoreo de los indicadores de la pandemia, desarrollo proyectos de investigación y extensión para resolver nuevos problemas emergentes y, dentro de poco, entregara miles de tablets como forma de amenizar la exclusión social que ya se observaba en muchos de nuestros estudiantes hasta antes de la pandemia.

Además de esto, aun con todos los retos económicos derivados de la pandemia, el IFCE consiguió garantizar el destino de recursos de enmiendas parlamentares a las diversas demandas de sus unidades. De esta forma, en los próximos años, será posible que la institución amplíes sus ofertas de cursos y fortalezcan la calidad de prestación de servicios a la sociedad.

Soy ex-alumno y profesor de esta institución hace nueve años y hace cuatro años, director de un campus del IFCE. Se bien lo que es tener que dejar ir las noches, los fines de semana y las vacaciones para seguir trabajando. Igual que yo, hace lo hacen también cientos de colegas profesores y administradores-técnicos, coordinadores, jefes de departamento, directores, pro-decanos y el decano, personas que a veces dedican años de su vida al servicio público porque creen que, por medio de su trabajo y dedicación, pueden cambiar el rumbo de nuestra sociedad.

Muchas veces, críticas son dirigidas hacia esas personas sin que sea reconocido que el trabajo de un administrador también es uno de los ejes estructurantes de nuestra institución, sin que se admita que un administrador, especialmente en el ambiente del IFCE, encuentra en un cargo pasajero; pero, como cualquier ser humano con sus contradicciones y peculiaridades, un administrador también tiene el derecho de ser respetado y reconocido por su trabajo.

Invito a los estimados lectores a un rápido reflejo: es correcto admitir que publicar un artículo en una revista científica bien conocida, o hasta desarrollar una acción de extensión transformadora en la sociedad, o rescatar la escuela de estudiantes en vulnerabilidad social al borde de una evasión son simplemente obligaciones de un servidor? Y, en este caso, porque sería correcto admitir que proporcionar el crecimiento y la estabilidad de una institución en un escenario totalmente adverso a una simple "obligación del administrador"?

Una de las características más mediocres de un ser humano es ser incapaz de reconocer el esfuerzo del prójimo, suponiendo que solamente su trabajo y su forma de ver el mundo y la sociedad son válidas. Además de la pluralidad y de la libertad de pensamiento, una democracia real exige que se tenga la capacidad de unir valores y objetivos comunes, aunque no atiendan la plenitud de sus creadores, pero entendiendo que la construcción colectiva depende, también de la unión de esfuerzos.

Discursos superficiales se enfrentan a trabajo y resultados. Nuestra comunidad académica es sabia y seguramente sabrán ver la diferencia entre trabajo de largo plazo y de discursos de elección. Por fin, dejo a los estimados lectores el alerta de que el juicio de la historia no perdona aquellos que abandonan sus responsabilidades en nombre de proyectos individuales. En este momento, la sociedad pide acciones efectivas de sus actores, y tengo seguro que el IFCE seguirá, como siempre lo hizo, luchando diariamente por una sociedad más justa, solidaria, igualitaria e inclusiva.

 

Fuente: Jornal O Povo

Autor: 
Marcel Ribeiro  - Director de campus avanzado Pecém/IFCE